lunes, 23 de abril de 2012
martes, 17 de abril de 2012
lunes, 16 de abril de 2012
Las lenguas hechizadas
Hubo una vez un brujo malvado que una noche robó mil lenguas en una ciudad, y después de aplicarles un
hechizo para que sólo hablaran cosas malas de todo el mundo, se las devolvió a sus dueños sin que estos se
dieran cuenta.
De este modo, en muy poco tiempo, en aquella ciudad sólo se hablaban cosas malas de todo el mundo: "que si
este había hecho esto, que si aquel lo otro, que si este era un pesado y el otro un torpe", etc... y aquello sólo
llevaba a que todos estuvieran enfadados con todos, para mayor alegría del brujo.
Al ver la situación , el Gran Mago decidió intervenir con sus mismas armas, haciendo un encantamiento sobre las
orejas de todos. Las orejas cobraron vida, y cada vez que alguna de las lenguas empezaba sus críticas, ellas se
cerraban fuertemente, impidiendo que la gente oyera. Así empezó la batalla terrible entre lenguas y orejas, unas
criticando sin parar, y las otras haciéndose las sordas...
¿Quién ganó la batalla? Pues con el paso del tiempo, las lenguas hechizadas empezaron a sentirse inútiles: ¿para
qué hablar si nadie les escuchaba?, y como eran lenguas, y preferían que las escuchasen, empezaron a cambiar
lo que decían. Y cuando comprobaron que diciendo cosas buenas y bonitas de todo y de todos, volvían a
escucharles, se llenaron de alegría y olvidaron para siempre su hechizo.
Y aún hoy el brujo malvado sigue hechizando lenguas por el mundo, pero gracias al mago ya todos saben que lo
único que hay que hacer para acabar con las críticas y los criticones, es cerrar las orejas, y no hacerles caso.
hechizo para que sólo hablaran cosas malas de todo el mundo, se las devolvió a sus dueños sin que estos se
dieran cuenta.
De este modo, en muy poco tiempo, en aquella ciudad sólo se hablaban cosas malas de todo el mundo: "que si
este había hecho esto, que si aquel lo otro, que si este era un pesado y el otro un torpe", etc... y aquello sólo
llevaba a que todos estuvieran enfadados con todos, para mayor alegría del brujo.
Al ver la situación , el Gran Mago decidió intervenir con sus mismas armas, haciendo un encantamiento sobre las
orejas de todos. Las orejas cobraron vida, y cada vez que alguna de las lenguas empezaba sus críticas, ellas se
cerraban fuertemente, impidiendo que la gente oyera. Así empezó la batalla terrible entre lenguas y orejas, unas
criticando sin parar, y las otras haciéndose las sordas...
¿Quién ganó la batalla? Pues con el paso del tiempo, las lenguas hechizadas empezaron a sentirse inútiles: ¿para
qué hablar si nadie les escuchaba?, y como eran lenguas, y preferían que las escuchasen, empezaron a cambiar
lo que decían. Y cuando comprobaron que diciendo cosas buenas y bonitas de todo y de todos, volvían a
escucharles, se llenaron de alegría y olvidaron para siempre su hechizo.
Y aún hoy el brujo malvado sigue hechizando lenguas por el mundo, pero gracias al mago ya todos saben que lo
único que hay que hacer para acabar con las críticas y los criticones, es cerrar las orejas, y no hacerles caso.
miércoles, 4 de abril de 2012
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